El comercio electrónico o ecommerce ha revolucionado la relación entre usuarios y negocios, convirtiéndose en la base de muchos proyectos que nacen y crecen exclusivamente en el entorno digital. Las ventas online representan una de las áreas de mayor crecimiento global: se estima que alcanzarán los 5.8 billones de euros al cierre de este 2024, según un informe de eMarketer.
Pero el ecommerce no es solo una tienda online; existen múltiples modelos que definen cómo interactúan las empresas, los consumidores y hasta los gobiernos en el mundo digital. ¿Sabías que elegir el modelo correcto puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de tu negocio?
En este artículo exploraremos los 9 tipos de ecommerce más importantes, te daremos ejemplos prácticos y analizaremos las tendencias que están revolucionando el sector en la actualidad.
Un ecommerce es una plataforma digital que permite la compra y venta de productos o servicios a través de internet. Dependiendo de las partes que participan en la transacción (empresas, consumidores o gobiernos), podemos identificar distintos modelos de comercio electrónico.
Los ecommerce se clasifican en tres grandes bloques según los actores involucrados:
-B2 (Business to): Empresas lideran las transacciones.
-C2 (Consumer to): Consumidores como protagonistas.
-A2 (Administration to): Administraciones públicas como parte activa.
A continuación, te presentamos los 9 tipos de ecommerce más relevantes, junto con ejemplos y consejos para diferenciarlos.
Un ecommerce b2b es un negocio que se produce entre dos empresas. En sus transacciones no participan ni consumidores finales ni particulares. El ejemplo más claro son los mayoristas que venden productos a minoristas.
Algunos de los subtipos que podemos encontrar de b2b serían los intermediarios que buscan cerrar transacciones entre compradores y vendedores.
Tendencia clave para 2025: Automatización de procesos B2B mediante IA para mejorar la gestión de inventarios y logística.
El ecommerce B2C es el modelo más común: empresas venden directamente al consumidor final.
-Ejemplo real: Tiendas online como Amazon, Zara o cualquier negocio con una tienda digital propia.
-Consejo práctico: Si tienes un ecommerce B2C, considera crear una app móvil para tu negocio. El 70% de las compras online se realizan desde dispositivos móviles.
En este modelo, las empresas venden productos o servicios directamente a organismos gubernamentales.
-Ejemplo real: negocios que desarrollan softwares de contabilidad o plataformas para gestión administrativa.
Los modelos de negocio B2E, empresa a trabajador, permiten a sus trabajadores adquirir algunos productos o servicios con algún beneficio adicional. Generalmente, se trata de una estrategia de branding de cada empresa y permite una mayor adquisición y retención de talento.
-Tendencia clave: Incremento del interés en los ecommerce B2E por parte de empresas y startups que buscan diferenciarse mediante incentivos para empleados.
Son todos esos comercios electrónicos que facilitan las transacciones entre empresas e inversores.
El tipo de ecommerce c2b responde a las transacciones realizadas entre consumidores y empresas.
El mejor ejemplo para estos negocios es, por ejemplo, los bancos de imágenes, donde algunos fotógrafos venden su contenido.
De consumidor a consumidor sin pasar por ningún negocio en sí, pero sí usando alguna plataforma o servicio que facilite la transacción.
El ejemplo de C2C más claro son las transacciones que se realizan a través de Vinted o AirBnB.
La administración pública puede ofrecer a través de sus ecomerce A2B algunos servicios para empresas. Por ejemplo, contratar alguna licencia o liquidar algún impuesto a través de una aplicación ecommerce del gobierno. También son conocidos como G2B, por las siglas de Government to Business.
Finalmente, el último tipo de ecommerce según intermediarios que veremos hoy es el ecommerce A2C, es decir, las transacciones que se realizan desde un ecommerce de la administración pública y el consumidor o ciudadano de a pie.
Generalmente, también se relacionan con la liquidación de impuestos o la realización de ciertos trámites.
El ecommerce sigue creciendo a un ritmo imparable, consolidándose como uno de los sectores más dinámicos y competitivos de la economía global. Según eli informe de eMarketer, las ventas globales de ecommerce alcanzarán los 6,3 billones de dólares en 2025, una cifra que refleja tanto la expansión de los mercados digitales como la adaptación de los consumidores a nuevas formas de compra.
Dentro de este panorama, las apps móviles están ganando protagonismo rápidamente. De hecho, según Statista, en Estados Unidos, el 30% de las ventas en ecommerce ya son en móvil. Y se espera que esta cifra siga aumentando en los próximos años.
Las apps no solo ofrecen una experiencia de usuario más fluida y personalizada, sino que también impulsan la fidelización, gracias a características como notificaciones personalizadas, accesos rápidos y opciones exclusivas. Para los ecommerce, contar con una app móvil no es simplemente una ventaja competitiva, sino una necesidad estratégica para destacar en un mercado saturado y en constante cambio.
Independientemente del tipo de ecommerce que gestiones, hay un factor que no cambia: la experiencia de compra cómoda, ágil y sencilla es clave para los usuarios. Una app móvil no solo mejora la accesibilidad, sino que también permite ofrecer experiencias más rápidas, personalizadas y centradas en las necesidades de cada cliente.
Tanto si trabajas en el sector B2C, donde las compras móviles lideran el mercado, como en el B2B, donde las transacciones rápidas son esenciales, contar con una app puede ser un diferencial estratégico para el éxito de tu proyecto.
¿Por qué? Las apps ofrecen accesibilidad inmediata, notificaciones personalizadas y funciones exclusivas que aumentan la fidelización. Por ejemplo, las marcas con apps bien diseñadas pueden experimentar un crecimiento de sus ratios de conversión de hasta 6 veces más.
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