Con el auge de la tecnología móvil, las apps se han convertido en herramientas esenciales para los negocios y usuarios. Pero no todas las aplicaciones son iguales; cada tipo tiene características y usos específicos que se adaptan a distintas necesidades. En este artículo exploraremos los principales tipos de apps, sus beneficios, desventajas, ejemplos y cómo elegir la mejor para tu proyecto.
Antes de empezar a clasificar las aplicaciones móviles por tipos, debemos saber qué es una aplicación móvil y en qué se diferencia de una página web.
También denominada ‘app’, por la abreviatura de la palabra inglesa application, una aplicación es un programa de software diseñado para funcionar en móviles y tablets.
Estas aplicaciones pueden estar enfocadas a múltiples propósitos, y a su vez, pueden ser desarrolladas por diferentes vías.
Aunque algunos puedan confundirlo, no pueden compararse con las webs apps, que son solo accesos directos a la versión responsive de una página y no requieren ni siquiera instalación.
A pesar de que ya existían softwares especialmente desarrollados para móviles (como las apps preinstaladas tipo el Snake en Nokia o la calculadora), las apps tal como las conocemos hoy en día, empezaron a popularizarse tras la publicación de App Store (Apple) y de Android Market (el Google Play actual) en 2008.
Cuando se trata de clasificar los tipos de apps, es fundamental analizar las propiedades que las hacen destacar en un mercado tan competitivo. Entre las más importantes están:
Estas características no solo determinan la calidad de una app, sino también su capacidad de fidelizar usuarios y posicionarse como líder en su categoría.
A pesar de que el sector de la tecnología evoluciona a un ritmo vertiginoso, actualmente podemos distinguir entre cuatro principales tipos de aplicaciones móviles. A continuación, te explicamos en qué consiste cada una de ellas y cuáles son sus ventajas, desventajas y ejemplos reales.
Las apps nativas son aplicaciones desarrolladas por equipos técnicos especializados y deben ser creadas específicamente para un sistema operativo, como iOS o Android.
Estas son el tipo de aplicaciones que más coste generan, pues el equipo de desarrolladores debe ser muy especializado y debe conocer cómo funciona Android Studio y Swift, las plataformas de desarrollo de Android y iOS respectivamente.
Las aplicaciones nativas, al haber sido desarrolladas en exclusividad, tienen una eficiencia incomparable. Gracias a la especificidad de la app, esta se adapta a la perfección a las necesidades de hardware y software de cada dispositivo.
Asimismo, gracias a ello, las apps nativas tienen una gran opción de funcionalidades tales como acceso a la cámara del dispositivo, el micrófono o los sensores biométricos (huella dactilar).
A pesar de las ventajas que te hemos presentado, las apps nativas también presentan desventajas. El primero es, como ya habíamos comentado, que para desarrollar una app nativa necesitas un equipo especializado en cada sistema operativo. Lo que, a su vez, se traduce en otra de las desventajas de este tipo de apps: el alto coste de su desarrollo.
Además, este tipo de aplicaciones presentan otro handicap: necesitan actualizaciones y mantenimiento independiente para cada plataforma. Una app desarrollada para Android no puede utilizarse en un dispositivo iOS y al revés.
También conocidas como aplicaciones multiplataforma, las apps híbridas tienen elementos de las apps nativas y las web apps (que veremos más adelante). Las híbridas se desarrollan usando lenguajes de programación como HTML, CSS o JavaScript y se almacenan en un contenedor nativo.
Uno de los principales beneficios de las apps híbridas es que, con un solo desarollo, puedes incluir tu app en diferentes plataformas y sistemas operativos. Por lo tanto, los costes de desarrollo son sensiblemente más bajos y el tiempo para llegar a los mercados de apps más reducido.
A pesar de tener muy buenos resultados, el rendimiento de una app nativa siempre será más elevado, por ser tan específica. Asimismo, las opciones de acceder a funcionalidades del hardware como comentábamos en el anterior tipo de app, no son tan elevadas.
Las web apps son las aplicaciones que se han desarrollado explícitamente para funcionar a través de navegadores móviles. Estas no se pueden descargar en el teléfono móvil, sino que se abren a través de un navegador web. Es un ejemplo de ellas Google Docs.
Aunque mucho más limitada que las anteriores, esta tipología de aplicaciones tiene la ventaja de que se puede abrir en cualquier dispositivo que tenga un navegador web instalado. Asimismo, se elimina la necesidad de descargar una app como tal, lo que significa que también se supera la problemática de la limitación de espacio en los móviles.
Finalmente, estas apps también tienen la ventaja de que las actualizaciones no dependen en ningún momento del usuario que disfruta de la app.
Estar conectado a la red es imprescindible para poder navegar a través de estas aplicaciones. Además, tienen un rendimiento muy limitado y unas funcionalidades también limitadas en comparación con los dos otros dos tipos de apps que hemos visto.
El último de los tipos de apps que veremos son las PWA, por sus siglas en inglés de Progressive Web App. Las aplicaciones web progresivas son una evolución de las aplicaciones web que surgieron en 2016 y, a pesar de ser webs diseñadas para móviles, se pueden descargar en los dispositivos móviles como apps.
Dicho de otra manera, las aplicaciones PWA son apps compiladas con tecnología web que, gracias a un código base, pueden ser ejecutadas e instaladas en dispositivos móviles.
A diferencia de las web app, las apps PWA tienen un comportamiento parecido a las aplicaciones nativas y pueden ser descargadas en móviles, funcionar sin conexión a internet u ofrecer un buen rendimiento y funcionamiento en segundo plano.
Las apps PWA no pueden ser subidas a los markets de apps convencionales. Aunque Google dispone de un market especializado para apps progresivas, no todos los markets de apps soportan aplicaciones progresivas. Por ejemplo, Apple Store no las soporta.Todo ello se traduce en un posible menor reconocimiento de marca.
Además de los cuatro principales tipos de aplicaciones, las apps también pueden ser clasificadas según su propósito. Así, esta otra clasificación sería:
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